Y eso que estaba ahí delante del espejo y me miraba, hoy voy a triunfar, me decía. Estaba hecho un dandi, guapísimo, tenía mi mejor ropa puesta y me había echado desodorante Axe por todo mi cuerpo. Hoy no me vuelvo a casa sin haber triunfado.
Iba a ir a una fiesta de un amigo del amigo del Roncas. Menuda la que se podía armar, cuantas más chicas mejor, siempre decíamos.
Y efectivamente, se triunfó, todo el mundo triunfó, menos yo, como siempre. Y eso que ya la tenía en el bote. Fue el momento de decirle que trabajaba en una librería y que era escritor cuando me dijo que la excusase, que tenía que ir al lavabo porque tenía mucho pipí. Y ya no la volví a ver más. Estuve esperándola durante treinta minutos en el mismo sitio donde me dejó. Luego me enteré que se había ido de la fiesta con otro grupo hacía veinticinco minutos. Qué se le va a hacer, mala suerte chico, eso es lo que siempre me decían mis amigos.
La próxima vez le digo que soy arquitecto o ingeniero de caminos.
Bueno, a lo mejor me dejó, no por lo que me dedicaba, si no, porque debía de ser un rollazo de persona o tenía mal aliento o estaba borracho y yo creía que controlaba la situación….
Pero lo bueno de todo fue que a la semana siguiente, esa chica, entró en la librería donde yo trabajaba. Ella me vio y yo la ví. Los dos nos quedamos mirándonos. Empezó a acercarse a mí, yo alucinado. Esta vez tenía que superarme, le tenía que demostrar que era el tío perfecto y que no se iba a arrepentir si salía conmigo.
Total que se me acerca a mí y me pregunta si ya nos ha llegado el libro ese de los blogs. Qué libro es ese, le digo. Es un libro que han publicado esta semana y recoge los cien mejores textos encontrados en los blogs españoles. Miro en el ordenador, nuevos pedidos, ahí estaba, “Las cien mejores entradas en la blog-esfera española” No nos llega hasta dentro de quince días, le digo. A vale, dice ella. Y luego me suelta:
- Oye, ¿no nos conocemos de algo? Tu cara me suena…. ¿Tu no eres el hijo del portero?
¡Venga ya con esta tía! Le estuve comiendo la oreja casi una hora, el otro día en la fiesta y me suelta esto.
- No, no soy el hijo del portero. Nos conocimos en la fiesta de Jaime. El que la celebraba en su casa de la calle Castillejos. Estuvimos charlando un buen rato.
- Pues ahora que lo dices, puede que sí. Bueno me voy. Adiós
Y la tipa se fue. Y me quedé con una cara de imbécil total. Crees impresionar a alguien para luego descubrir que ni puto caso.
Bueno, hay más chicas en el mundo.
Y eso que llegué por fin a casa.
Me fui directo al ordenador a seguir escribiendo mi libro. Hoy no estaba muy inspirado. Sólo pude escribir dos páginas..
Luego pensé en el libro que mencionó (mi amor imposible) y me puse a leer algunos blogs por internet. No me imaginaba la cantidad de blogs que había por la red. Casi todos eran de un nivel muy bueno.
Luego descubrí uno que se llamaba Caballo de Troya. Vaya tostón de blog. Menudo coñazo. Este no entraba en mi lista. Bastante cursis las entradas…..
Después de un rato de navegar y leer blogs, decidí irme a la cama. Antes, me fumé un canuto y eché un pis bien largo.
2 comentarios:
No puedo resistir hacer un comentario. Esa sería la típica situación en la que yo me vería envuelto.¡Que diablos! En la que me tiré toda mi adolescencia.
Conversación anodina, físico poco favorecido y con amigos guapos, simpáticos, o lo que era peor, guapos y simpáticos.
Menos mal que la vida te da la oportunidad de encontrar a alguien que te permite demostrar que detrás de esa timidez inicial, se encuentra un cachondo mental (en todos los sentidos :-D) y no solo un aburrido bloguero jaajaa
Muy buena la historia.
La juventud es mala consejera si va de la mano de la inmadurez. Los encantos superficiales te pueden relegar a los últimos puestos de la parrilla. Y bien es verdad que el tiempo coloca a cada uno en su sitio.
Toda persona debe ser como es y afrontar cada paso como un reto. No temblar, no doblegarse, no arrodillarse. Al final, los que han tenido un estereotipo elevado de "belleza" no son tan felices. Y aquél que de joven no tuvo suerte primera con el otro sexo, consigue mejorar y encontrar una persona con el que verdaderamente se complementa y se siente feliz.
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